14 de noviembre de 2011



Dan Wheldon, Marco Simoncelli, Ramiro Tot y Guido Falaschi


Queridos amigos:

La muerte de un piloto siempre me afecto mucho, desde el luctuoso fin de semana del 01/05/1994 cuando murieron Ronald Raztenberger y Ayrton Senna en sendos accidentes la Formula 1, no volví a ver los accidentes en las pistas con los mismos ojos. Cuando hay una piña grande me asusto mucho, sea por tv o estando presente, ya que vuelven a mi memoria esas imágenes terribles del 94, y otras más. Esta seguidilla nefasta de accidentes mortales, a nivel nacional e internacional, me deja un profundo dolor y una gran tristeza. Mis respetos y condolencias a las familias y amigos de Daniel, Marco, Ramiro y Guido, extensiva a todo aquel que comparta la congoja de este momento.

Por otro lado, también me genera mucha tristeza lo que se ha dicho desde muchos medios, sobre todo después del accidente de Ramiro Tot, del karting y el automovilismo en general. Detesto a los “opinologos”, y más aun a los periodistas que se olvidan de lo que estudiaron y en el afán de dar golpes de escena, dramatismo y sensacionalismo a sus notas caen en el amarillismo y se alejan de la búsqueda de la verdad, llegando a emitir juicio de valor partiendo de información sesgada e incompleta. También es doloroso ver a miembros del mundo del automovilismo inconmovibles ante esta situación, con una resignación (que espero sea desinteresada) atribuyéndole todo a la fatalidad, mientras detrás de esta frase hay un “siga siga” latente.

Espero que estas desgracias sirvan para que se trabaje más y más en la seguridad de los pilotos, técnicos y espectadores, dejando de lado intereses mezquinos, buscando el bien del automovilismo.


Atilio Garzón

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